Restaurante en Barcelona


Muchas veces da nostalgia adentrarse en la historia de los restaurantes de cualquier parte de la tierra, en este artículo vamos a hablar de restaurante en Barcelona, más que nada porque son parte inseparable de la historia de las ciudades y que permanecen ocultos, cual fantasma, esperando que alguien se acuerde de ellos para seguir vivos en la memoria de todo el mundo.

He movido cielo y tierra para poder buscar información para este artículo,restaurante en Barcelona y gracias a la cabezonería de mis amigos, en el gusto a la historia de la cocina del Palacio del Flamenco que tienen restaurante en Barcelona, al que quiero ofrecerle este artículo, encontré libros por hemerotecas sobre restaurante en Barcelona y la Barcelona vital, a medias entre la España cogida por el fascismo de Franco y la otra España que era una puerta hacia la Europa democrática en unos años difíciles en toda España y todos los sentidos.

Ocupaba mis ratos libres, dando paseos por las mañanas a lo largo de las Ramblas o por la Diagonal, donde tomaba nota de todos los restaurante en Barcelona, visualizaba la transformación de Cataluña y en concreto de Barcelona. Como se transformaban las frías oficinas bancarias y las agencias en todo tipo de restaurante en Barcelona. Historias que si no se cuentan, son difíciles de explicar sino se han vivido. En este viaje atrás en tiempo quiero desempolvar el clásico restaurante en Barcelona que hizo de esta ciudad, con su contribución, una de las principales referencias de el mejor flamenco en Barcelona. Al margen de dicha historia quiero resaltar como uno de los primeros restaurante en Barcelona que hubo, que posteriormente llegó a ser el restaurante decano de Barcelona, fue el restaurante llamado Culleretes, que se fundó en el año 1786, y su nombre le viene a colación de la mítica cucharilla de metal que se usa para los postres, toda una curiosidad para la época.

El primer gran restaurante en Barcelona, siempre hablando de calidad, se creó en el año 1861 en la Plaza Real número 12, se llamaba ‘Grand Restaurant de France’, y posteriormente fue conocido por el sobrenombre de su propietario: ‘Justin’, un nombre que coincide con los gustos del momento donde todas las grandezas culinarias tenían nombres franceses.

Este restaurante en Barcelona ofrecía a los clientes un servicio cuidado, desde una distribución integrada por un comedor en un patio interior, a pequeños salones particulares donde se celebraban comidas íntimas o comidas de negocios. Los manteles eran finos, de hilo, las vajillas de Francia (Limoges) y los cubiertos de plata, pero lo que más destacaba de este restaurante en Barcelona era su cocina refinada y su bodega.

Una vez hablado brevemente sobre la historia de restaurante en Barcelona, voy a recomendarles el que para mí es el mejor flamenco en Barcelona en el Palacio del Flamenco, muy cercano a la Pedrera y a Gaudí. Un Palacio con un tablao flamenco que es el de mayor capacidad de Barcelona. Podrás disfrutar de la huella flamenca que Antonio Gades y Carmen Amaya en Barcelona dejaron la ciudad.